Mas bien, todo lo contrario. Después de que el paquete de ayuda fuese aprobada con algunas enmiendas, la reacción en el mercado de bonos del tesoro ha sido la de volver a los flujos de salida masivos con una subida en las rentabilidades de los bonos. El bono 10 años americanos se negocia a un 1.60%, basicamente por el incremento de las expectativas de inflación y potenciales subidas de tipos por la Fed que el mercado de futuros anticipa ya para finales del año próximo.
Todo ello ocurre aunque el presidente de la Reserva Federal Jerome Powell hubiese quitado hierro al asunto y no hubiera mostrado ninguna preocupación al respecto. Gran parte de los analistas financieros comienzan a hablar de que la Reserva Federal se podría encontrar detrás de la curva, algo que no es usual en este banco central y que podría desencadenar, de ser cierto, disrupciones en los mercados.
Parte de la inquietud proviene también de Asia, por declaraciones de las autoridades China de que comenzarán a retirar parte de los estímulos desplegados para contrarrestar los efectos de la crisis pandémica haciendo referencia a una posible burbuja de crédito creada en este escenario.
De hecho el índice bursátil Hang Seng chino se ha desplomado un 1.5% durante la sesión asiática y cierra cerca del nivel principal de soporte situado en la zona de 28200, por debajo de la cual y desde un punto de vista del análisis técnico se iniciaría una tendencia bajista.
Este mismo movimiento se ha reflejado en los futuros norteamericanos que comienzan la semana con pérdidas en todos ellos.
El índice tecnológico TECH100 ha llegado a perder un 1.70% en las primeras horas de la mañana y desde una perspectiva técnica, después de haber roto a la baja una formación de HS y realizar un movimiento correctivo de pull-back hacia la neckline situada en 12691, reanuda el movimiento bajista que tiene un objetivo teórico en la zona de 11.468
Todos los ojos del mercados estarán puestos en las cifras de inflación de Estados Unidos que se van a publicar esta semana, cualquier repunte inesperado supondría un agravamiento del sentimiento de riesgo, y en las dos subastas de bonos de 10 y 30 años que podrían resultar poco demandadas por los inversores, como ocurrió recientemente, y que de ser así elevarían la presión alcista sobre las rentabilidades de los bonos.
En este escenario de mayor aversión al riesgo, el dólar USA, a diferencia de ocasiones anteriores, se fortalece por su correlación positiva con los tipos de interés a largo plazo. En su cotización contra el euro y desde un punto de vista técnico se encamina hacia la zona de concentración de precios situada en torno a 1.1770-1.1800 no vistas desde el mes de noviembre pasado.
Fuentes: WSJ, Financial Times.
